
¿A quién nunca le pasó eso de imaginarse cosas? Suelo separarme una línea realmente muy imperceptible entre lo real y lo creo o me gustaría que fuera. Cada noche antes de conciliar el bendito sueño, me imagino, te imagino, nos imagino. ¿A quién imagino? No es respuesta tal vez a ello, cada día me sorprendo a mi misma, termino pensando en aquel o aquello que ni que en mi inconciente debería estar. Recorrer lugares juntos de la mano, divertirnos sin que nada importe, tener lo que siempre soñé, acariciarte suavemente, rozarte de manera que los dos no lo podamos olvidar jamás. A veces quisiera saber que es lo que me impulsa a querer que te encuentres en mis pensamientos, ¿serán nuestras locas cohincidencias? Es sentir el placer de lo prohibido, no entender bien como es que lo nuestro no se puede ser vivido. ¿Quién me dice a mi que es lo que hacer? A quién preguntar, sino se ni como explicar porque sigues pasando por este lugar repleto de recuerdos que jamás se olvidarán. Nuestros pasos timidos caminaron sin destino, charlas que entre risas pícaras me recordaban lo prohibido! Que mezcla de sensaciones, a pesar de todo se que nunca serás mio. Imaginar, imaginarte, imaginarnos.